martes, 25 de octubre de 2011

Fuera de foco

La noche me etiqueta como noctámbula,  las nubes en el ambiente nublan la poca luz de las ideas que asoman y es ahora mi esfuerzo más grande por quitar las nostalgias e incrementar la inspiración. La indecisión es todo un tema, los pensamientos no guardan relación y entre palabras ninguna rima, pero estoy tratando sólo de escribir, de describir o reescribir pero cuando leo no hallo los significados de mis intenciones. Son, tristemente, sólo letras. Letras tan solas como las que decoran las aulas de los niños, sí así, tan decorativas como las que adornarían quizá un verso.
Pinto este cuarto de azul, trato nada más que fluir, dejarme llevar, pero cada ruido me atrae,  la música jala sentimientos que me pierden en las notas y de pronto todo tiene un compás, todo podría bailar.
Siento las horas en mis ojos y se complementan con el duende que habita en mi cerebro para perder más mi sentido entre las lineas, las lineas que dibujan el laberinto por donde camina el duende. Si, aquí donde puedo voltear a mirar a mi alrededor para luego elegir una escena, por donde me intento encontrar para indagar entre los baúles que aún escondo del sol, entre los baúles que aún no encuentra el duende.