lunes, 14 de mayo de 2012

45 minutos para un adios

El camino entero fui sintiendo, contando de nuevo, por fin otra vez. Pero es lógico, obviamente no respondes, no estás, pero esperaré. Esperaré "sentada".
Entre las cosas que te hablaba, me parecía interesante el hecho de como las personas pueden cambiar de opinión, ¿Cambiarías tu de opinión? mientras tu falso optimismo mentía, tus ojos decían que no. Yo sabía que lo era, tu también lo sabías, tan rotundo como un no. Y negabas con sinismo lo que ambos supimos desde siempre.
Sin embargo de cierta forma veo mi egoísmo, pero reclamo del tuyo, aún habiendo nada que reclamar. 
Debo decir, que a pesar de todo, fue bueno. Tenías toda la razón y recién ahora lo acepto, reciénahora  me pude disculpar, claro que no espero que lo hayas hecho, quizá al final todavía estás atado.
Gracias por asistir a mi última despedida.
No era el plan, pero tu lo títulaste así. No tienes idea de lo irónico del link de ayuda, suena tentador, sobre todo si se encuentra arriba de las líneas de mi conciencia y sentimientos cuando se hacen en letras.
Tu prisa, fue el punto aparte de lo que soportaba en pie. Estaba de pie y tu apuro quebró la cuerda que jalaba para mantener unida, tal como lo prometiste, sólo hoy.
 Sin embargo pudiste volverme a sonreír, a pesar de que el tiempo todavía no te fue suficiente, pero hay circunstancias en las que no se puede evitar y sonreí una vez más al verte hacerlo.

jueves, 10 de mayo de 2012

Fantasmas en la azotea

Encuentro una rara idea divagando por lo menos racional de mis sentimientos, una rara idea que vislumbra un bosquejo entre las hojas y las letras, ahi, entre ellas; cae el sol. No, no es un presagio, es sólo la imaginación proyectada que vive gracias a lo más verde del tallo de una rosa.
Derrepente, deseo algo tan irreal como lo que evidentemente niego ante ti, ante el universo, y ante cada persona que pueda preguntar, incluyendome. Y sin embargo, debido a lo extraño de que hoy sea  Miércoles admitiré, para el duende que lo exije; que quisiera más que lo que soy, que quiero una guerra intergaláctica por mí, por mi simple egoísmo de ser yo quien sobresale, por mis simples ganas de atarte a mí. Porque, aunque muero por darte un beso; puedo retenerlo y aún así ser feliz